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Incorporación de la perspectiva de género en la valoración de los riesgos y enfermedades en profesiones feminizadas
10 de Mayo
El Marco estratégico de la UE en materia de salud y seguridad en el trabajo y el III Plan Estratégico de Igualdad entre Mujeres y Hombres, reconocen las diferencias de género como paso fundamental para luchar contra la feminización de la pobreza y la precariedad laboral.... >> Ver Más
Hay ciertas actividades profesionale que influyen de forma directa en la seguridad y la salud de las mujeres, ya que son trabajos mayoritariamente realizados por ellas. En la mayoría de los casos, no existe un reconocimiento de sus problemas de salud derivados de la actividad en su puesto de trabajo, sino que, simplemente se catalogan como enfermedades comunes, lo cual dificulta el hecho de abordar los riesgos que les pueden provocar.
Algunas de estas profesiones son:
La incorporación de la perspectiva de género en la prevención de estas enfermedades será una línea de trabajo prioritaria.
¿Cuáles son los riesgos y enfermedades profesionales que conllevan las actividades de los sectores feminizados?
El trabajo de las camareras de piso exige un esfuerzo tanto físico como psicológico por la dureza y exigencia de las tareas que llevan a cabo, las cuales se repiten durante la jornada laboral, aumentando el riesgo. Un estudio del Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo indica que el 66% de las camareras de piso tienen molestias en la zona dorso-lumbar, más del 50% en hombros, brazos, cuello… Además, el estrés añadido provocando un riesgo psicosocial.
Las aparadoras de calzado suelen padecer una serie de enfermedades comunes proveniente de la manipulación de productos químicos, el riesgo físico por el ruido y las vibraciones, y riesgo ergonómico por las malas posturas y la manipulación de cargas.
Las auxiliares de ayuda a domicilio presentan una gran sobrecarga muscular debido al peso que deben transportar, principalemente de los pacientes, y que desemboca en trastornos de lumbalgia o tendinitis, pudiendo derivar en artritis.
Las empleadas domésticas presentan enfermedades relacionadas lesiones posturales o por exposición a agentes químicos de los productos de limpieza. Se trata de uno de los colectivos más vulnerables, en parte también por su desprotección en relación al tipo de relaciones laborales que tienen.
Las mujeres de la pesca principalmente presentan graves trastornos músco-esqueléticos en la columna, sobre todo en la zona cervical y los hombros, el síndrome del túnel carpiano, etc. Además, su sistema inmunológico se ve muy afectado por los cambios meteorológicos y las inclemencias del tiempo a las que se someten.
Las mujeres de la agricultura-temporeras, presentan enfermedades respiratorias, cutáneas, osteomusculares, infecciosas, neurológicas, dolor lumbar, hernia de disco, entre otras dolencias y enfermedades.
El denominador común de la mayoría de los casos de estas profesionales, es que sus problemas físicos de salud son los que les provocan los problemas psicológicos.
¿Se realizan los estudios necesarios sobre estas profesiones feminizadas?
La realidad es que no. En la actualidad, apenas existen investigaciones oficiales por parte de las instituciones públicas que estudien las condiciones laborales de los sectores más feminizados y precarizados con la finalidad de informar y prevenir de los riesgos que provocan.
Marco estratégico de la UE Y III PEIMH
El Marco Estratégico de la Unión Europea en materia de salud y seguridad en el trabajo 2021-2027 y del III Plan Estratégico de Igualdad entre Mujeres y Hombres 2022-2025, reconocen la necesidad de la incorporación de la perspectiva de género en la prevención de los riesgos laborales.
El Marco Estratégico afirma que el reconocimiento de las diferencias y desigualdades de género son fundamentales para garantizar la seguridad y la salud de las trabajadoras y los trabajadores; y el III PEIMH contempla entre sus líneas de actuación prioritarias construir un mercado laboral de calidad y en igualdad para las mujeres y luchar contra la feminización de la pobreza y la precariedad haciendo hincapié en los trabajos feminizados, sus condiciones sociales, ambientales y laborales, condiciones que afectan a la salud de las mujeres y que derivan en enfermedades que quedan invisibilizadas e "infradeclaradas".